sábado, 6 de enero de 2007

Sin Medidas


¿Qué pasa si a un loco le da por inventar una maquina que rompa todos los relojes del mundo?
¿Si se perdieran todos los calendarios y diarios, agendas, etc?
A parte de cundir el caos total en este mundo sistemático que se mide por cualquier sistema métrico o decimal, de población o de dinero, de bombas nucleares o de mayorías de partidos políticos.


¿Mediríamos las cosas de la misma manera?
¿Seguirían siendo largas las clases en verano?

¿Nos serían tan cortos los descansos?

¿Serian tan cortas o largas las relaciones con otros?

Aun arriesgándome a dejar esto donde se estancaron los Sofistas, de qué sirve medir las cosas tan al milímetro...
....En el mundo hay seis mil millones de personas, el 40% pasa hambre, el 90% de los países poseen armas nucleares, la natalidad en nuestro país crece en las ultimas décadas sólo a un 0,9 %... las cosas son mucho más relativas que sus medidas con número.

Es cierto las matemáticas son muy útiles, no lo discuto, pero de que sirve qué haya tanta gente en el mundo si un montón pasan hambre, hay guerras siempre, y no hay dios que se atreva a tener un crío en la situación en la que estamos.

Medir las cosas está bien, no te puedes ir a comprar ropa sin saber las tallas, no pueden venderse por lo mismo un manojo de zanahorias que un coche, pero yo opino... ¿No sería mejor poder abandonar un poco el calendario y el reloj?

7:30 - Despertador
7:45 - Salida de casa
8:30 - llegada al trabajo
11:00 - Desayuno rápido de 30 minutos
........
9:30 - llegada a casa con menos alma que una piedra.

¿Es como para deprimir a cualquiera verdad?


20 días para entregar el trabajo de -, 8 días de retraso de la regla, 13 días para el partido, 7 días para el cumpleaños de tal, ¿El calendario también podría irse con viento fresco a Pernambuco verdad?

Lo triste es que un mundo sin relojes ni mapas, sin horarios ni medidas o escalas, es un mundo caótico y demasiado utópico.

Pero dejar de medir más las cosas para pasar a la acción sería una mejor utopía quizá.
Dejar de temer las fechas de entrega y ponerse en marcha, agobiarse con relaciones que ni se cortan, ni se riegan ni se curan, etc.
Transformar todas las medidas que supongan barreras en sólo medidas.

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