viernes, 5 de enero de 2007

El interes y la actuación

Dale a un intelectual los planos de un invento y su utilidad, y es posible que ni coma hasta que no esté terminado el trabajo.
Dale riquezas, salud, amor, etc, todo lo que se puede desear para ser feliz eternamente, y que no se te olvide darle una pistola con una bala, porque se quedará sin ilusiones ni motivaciones, y su vida será una tortura.

El ser humano se mueve por lo complicado, no te quita el hambre la fruta madura que crece en las ramas más bajas de un árbol, el hambre se sacia con aquellas que están en la parte más alta, que por el reto se antojan más dulces y grandes, aun que en realidad sean exactamente iguales.

No es que para moverse se necesiten sólo dificultades y retos, pero si todo lo que queremos se nos pone directamente en la mano, no se avanza igual que si se nos coloca eso mismo en linea recta por un camino.

Es la mezcla de dificultad y de recompensa la que te hace moverte, de pequeños somos buenos para que nos premien o no nos regañen, y de mayores trabajamos para tener un sueldo con el que poder hacer el resto de cosas que no nos aporta el trabajo, mantener una familia, hacer viajes, pagarnos los hobbies, etc.

También es cierto que esta ecuación se cumple sólo si la recompensa al esfuerzo es mayor o igual que el esfuerzo.

Si intentas saltar para alcanzar con los dedos el cielo y después de un rato te das cuenta de que no tocas nada, se desiste del esfuerzo, si alguien pasa reiteradamente de otra persona, este último acabará por aburrirse de esa persona.


Es una ecuación de Dificultad + Interés = Esfuerzo

Facilidad + Desinterés = Pereza


El resultado es que para que cualquier cosa pueda ser interesante primero tiene que aportar algún beneficio que se alcance con un esfuerzo menor al interés por ese beneficio.


Y este resultado se puede llevar al terreno propio de


la avaricia, si toda una montaña de oro no diera más beneficio que el estético, y no se pudiese comprar nada, nadie se pegaría por conseguir montañas de tesoros.

Miras un tesoro y llegan a la mente los deseos más inmediatos... con todo este dinero me compraría una buena casa cerca del trabajo, el juego nuevo de X, me haría una liposubción desde las cejas a las uñas de los pies, me compraría un montón de ropa nueva, me compraría un coche, me compraría al vecino de abajo para que me haga él todo el trabajo, en fin, nadie piensa en comerse el dinero ni en ponérselo encima, el tesoro vale lo que valen nuestros anhelos.

Yo personalmete me compraría a un buen imnotizador de bolsillo que le cambiara la mentalidad a más de uno que se despierta y se acuesta sólo pensando en acumular dinero a maletas, pero me conformo con no ser como ellos.

Si el esfuerzo por conseguir todo ese dinero para conseguir cosas, es mayor que el beneficio de conseguir las cosas, nadie se esfuerza.

Pero la cuestión es pensar si esas cosas que nos compraríamos nos darán tantos beneficios como realmente les estamos otorgando por el hecho de ser difíciles de alcanzar.

Que un coche de carreras sea más caro que uno normalito, no es señal ni de que sea más seguro, ni de que nos sentamos más agusto con él.

Y si el hecho del placer como en el caso de la ropa se encuentra en tener, retener y acumular, el problema se presentará cuando necesitemos más dinero para poder comprar una casa más grande donde poder poner armarios más grandes y colocar toda esta ropa.

Se es más feliz cuanto menos apego se le tiene a las cosas materiales, y es posible que se busque la felicidad y la autorealización sobre las cosas materiales, porque alcanzar cosas más mentales como la buena armonía con la familia, la aceptación de nosotros mismos, etc, es un camino más largo donde las monedas son invisibles y en muchas ocasiones no sé tiene muy claro por donde hay que tirar.

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