jueves, 7 de diciembre de 2006

La muerte del Ego


Miedo, preocupación, esquivo, sensaciones comunes al pensamiento y visión del fin de nuestros días.

¿Pero si es algo tan natural como la vida?

¿Donde está ese apego tan tremendo a quedarse en este mundo eternamente, en este mundo que tanto criticamos continuamente?

¿Por qué esta necesidad tan acérrima de sentirnos vivos?

Por el ego, nuestro ego no quiere morir, se siente superior a lo que le rodea, pervive en cualquier ámbito, el resto de nuestro subconsciente no muere, o por lo menos no tiene tanto apego a estar vivo.

Nuestro ego en pequeñas cantidades es necesario para tener una buena vida, y alta la autoestima.

Pero en grandes cantidades nos transforma en egoístas insensibles, y el miedo a la muerte viene dado, entre otras por el miedo del ego, a dejar de ser, de existir, que es el concepto que se tiene de muerte.

El ego quiere perdurar eternamente, porque se cree divino, porque es el todo completo de supremacía, él es y será siempre, o por lo menos eso nos hace pensar el ego cuando se pone como prisma de nuestra visión.

Superar el ego es superar la muerte.

Dejar que el ego no nos domine, y con él todo, lo relacionado con el miedo o preocupación sobre la muerte.
Que con la muerte lo único que muere es el ego.
La creatividad, la paz, la inteligencia, la alegría, las virtudes, los defectos, todas estar partes de nosotros mimos, no mueren porque son nuestra esencia, y las esencias siempre sobreviven a cualquier cosa, incluso a la muerte.
Si murieras, no habrías muerto del todo, porque aun sin poder conocer que hay más allá, los de aquí, yo, te recordaremos con todas tus virtudes y defectos, y quedarás unido a mi junto con toda tu esencia, y cuadno me muera, quedaran nuestras esencias en la tierra, y los unicos que habrán muerto seran nuestros egos.

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